Esencia de dama, cuyas letras no adolecen de sentir. No siendo solo prosas hermosas y bellas, que fraguan el ser de un alma, corazón y piel.Más allá de lo difuso translinea cual suave brisa, recorriendo tu medula central incitándote a la lujuria. Recorres mi esencia y más allá de lo que una apariencia implica, simplemente entrego mi piel en un diluir de atrevimientos.
Sin decir lo que soy, siempre dejo el dualismo inquieto y despierto de lo que mis destellos desean.
Nadie escribe lo no tiene y lo que jamás a dado o sentido, así en cada letra, las palabras que en frases te susurro en cada terminaciones de piel, van descubriendo tu esencia profunda, calidad, sensible, emergiendo el sigiloso erotismo; tu sensualidad de hombre, que estremece ante mi roce y que como yo despierta en la alquería, donde el morbo se convierte en poesía, donde los deseos de una u otra manera son palpables.
Te desgrano ante mis ojos en llamas, infiriendo el apetito que despiertas; sin palabras soeces, tan solo con gestos y el lenguaje corporal.
Postrándote a los pies de quien su cuerpo altera, despertando demonios latentes, de pasiones desencontradas.
Saciando tu sed de la fuente de la fertilidad, en la copa reservada para ti..La esencia soñadora; sensual, erótica; parca ante el estremecerse de la nata seductora, en la insinuación sutil. El deseo sin tapujos, las palabras que en extrema entrega se dicen, e incluso se ocultan.
Culminar en término avasallante, perpetuado con la intensidad de la reciprocidad, de una caricia que más que un roce es el profesar de dos pieles que se magnetizan entregándose por entero a la lujuria de noches plenas de Amor.
