Amar es la esencia de un sentimiento divino, que nos cobija desde lo infinito por el miles de corazones se unen, procurando dar lo mejor de si mismos a quienes dicen amar.
El amar es tan infinitamente inmenso que solo lo puedo comparar con la inmensidad del Arco iris. Cualquier sentimiento noble, sublime, entregado es Amor, independientemente de quien le reciba.
El amor es como la semilla que al caer en tierra necesita de cuidados para mantenerse vivo y palpitante, esa gota de agua que dejes de darle, extinguirá la vida no permitiéndole emerger .
Ese rayo de sol que no roce su esencia no le permitirá que crezca con la fuerza del roble y tan sólo se desvanecerá en medio de la oscuridad.
Ese aire que mueva sus primeros brotes, de no existir no le regalara el oxigeno para que crezca con la independencia que necesita.
La vida nos regala los instantes, las formas y las condiciones para que en nuestro caminar podamos encontrar semillas, esparcirlas, cuidarlas, y poder abrazar la esencia del Amor.
El amor no se esconde, no se silencia, no tiene condiciones, tan solo es fuerza que une, que protege y que esta presente.
No conoce de limites, de medias tintas, es la magia que hace que veamos un rostro y sea evidente el estar enamorado. Es el grito de libertad, pues no conoce de barreras, ni acepta cadenas ni grillos.
No conoce de edades, color, ni menos de cánones humanos, tan solo surge en lo lugares menos insospechados e inverosímiles, sino dónde quedarían los cuentos de príncipes y plebeyas, o de reyes y cortesanas.
Así es el amor, esa suave brisa que llega, estremece y marca presencia, ese cruce de miradas que sienten un deseo, una voz que fascina, que encanta que atrapa.
Cierra los ojos por un instante y trata de verlo, seguro no le veras pero si es esencia que sientes y que esta presente.
