Si por un instante,
imaginara mi vida como una habitación
Si cada recuerdo lo situase en una pared
No quitaría sus colores.
El blanco Champagne, para celebrar cada día
En el que fui infinitamente feliz.
El rosa dónde permanece la risa y los sueños
Y las ansias de vivir.
El azul como el infinito al que miré cada mañana
Ciñendo la esperanza en cada alborada
Y el envejecido, que me hizo tronco fuerte
Que me ha hecho mujer.
Si por un segundo una hada o genio
Un deseo me confiriera,
Tan sólo le pediría cambiar mi futuro
Sin saber como se perfila ante el recelo
Sin ti no deseo mañana
Sin mirar el pasado si alguna vez estuvo gris
No quiero un mañana sin tu rostro en mi almohada
un cuerpo sin el roce de tus manos
unos labios sedientos si no tengo donde saciar mi sed
un despertar sin camino para recorrerlo junto a ti
Tan sólo tengo en mis manos y en mi alma
La certeza de que te ame intensamente
Y que mas allá del tiempo un espacio
Dónde brille unos ojos pardos cuando cruzan tu mirar.
Y un espacio en mi corazón que nadie pueda atiborrar.
