No me he olvidado de la cita y el compromiso que tengo contigo,
allá donde rompen las olas, en el oleaje continuo.
dónde el fuego se convierte en hoguera encendida y perpetua
dónde la tempestad es concierto, cuya brizna nos cubra la piel.
No me he olvidado de la cita y el compromiso que tengo contigo,
allá dónde las caricias son el roce de un pétalo de lirio
cuyo verdor permanece entrelazado de luz,
como el abrazo mismo que junto a ti deseo perpetuar.
Dónde las heridas tienen por cuna el abrazo de un nuevo despertar.
No me he olvidado de la cita y el compromiso que tengo contigo
en el mismo lugar dónde el alma es luz, en el imperio escondido,
dónde canta en la rotonda el corazón, dónde las lágrimas quiebra en grito,
donde los silencios son nidos, donde los recuerdos son caricias.
No me he olvidado de la cita y el compromiso que tengo contigo,
dónde la bondad es tul que envuelve la esencia humana
dónde el amor es justicia, dónde tus recuerdos alimentan los mios
dónde el horizonte deja de ser una línea tangible que nos besa suavemente.
No me he olvidado de la cita y el compromiso que tengo contigo,
dónde los astros con las guias del camino anhelado cual collar de luz envolviéndonos.
en el amor que me inspiras, en el presente mismo donde estamos unidos
en las cubres de la montaña y en los abismos de mis temores.
No me he olvidado de la cita y el compromiso que tengo contigo,
uniéndonos en cuerpo y alma, cual río inmenso que logra fundirse en el océano profundo.
Como cada lucero en el firmamento de mis sueños y los deseos tuyos.
Te deseo como la sabia y el árbol, como cada tallo a cada flor.
Como el ave busca el lugar calmo dónde hacer su nido.
No me he olvidado y no deseo hacerlo tampoco, de poder decirte
que eres la sangre misma que corre tras mis venas en procura del corazón
y eres la llama del alma en el recuerdo prendida.
