15 de agosto de 2007

Un Amor.....un duelo, amigo mío.



Siéntate conmigo aquí, en el silencio de esta noche que se hace presente en mi piel, bajo el manto de un cielo estrellado que alumbra la oscuridad de la ausencia de luz. Deja que auyente tus penas con un cálido abrazo... y arrope en tu piel el calor de mis brazos, permite que el suave viento limpie tus lágrimas y alivie tu rostro, aún sollozante, como si de un largo sueño no hubieras aún despertado... y mira ahí arriba... Dónde miles de estrellas brillan para ti sonriendo en la complicidad de lo infinito para brindarnos un camino de mil farolas allá en lo alto.
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¿No has visto que desde el cielo una estrella te está observando, pretendiendo a gritos decirte que yace allí por ti y para ti?. Escucha el suave murmullo de las briznas de hierba, a tus pies, oscilando mientras caminas por las sendas de la pradera de la vida; refresca tu cuerpo con el nuevo alba que de seguro está llegando... y puesto allí para recordarnos que en cada amanecer existe la promesa de una esperanza en el camino y así, en silencio, deja que las heridas cicatricen, aunque aún te sientas desconsolado...
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Déjame, que te cuente una historia sobre ángeles que se van volando, sobre seres que habitaron nuestra cercanía y ahora están aún más próximos, justo aquí, en tu pecho, siempre a tu lado... y siempre presente en el mundo abstracto de los sueños, y en el balcón de los recuerdos.
Déjame que te hable de energías nunca perdidas, que sólo se han transformado...No notas como alarga su reflejo aquella firme estrella que te está acariciando, despacio cada poro de tu piel tratando de dejar en ti todo su resplandor y energía.

No la llores como si no hubiese existido jamás, recuérdala como alguien que esta presente en las huellas que te dejo, podrás sentir mil ríos y mares que broten de tus ojos aunque permanezcas de su presencia sediento... pero eso ya lo sabes, amigo mío, los duelos se llevan siempre su primer tiempo. Recuerda siempre oír el rumor de esa estrella que en su fulgor está renaciendo en tu corazón fortalecido, renace en el paso de los amigos que se acercan a ti para decirte que estamos porque algo ha sucedido.

Siéntate bajo el cielo esta y tantas noches como tú quieras, siéntete libre de enfurecerte contra la vida misma culpándola de los males de tus días y arrojar con fuerza hacia el suelo lo que tú sientas condena, despoja a gritos tu dolor que quema el alma y todo lo que te aflige o asola... pero nunca alces tus ojos y le implores al cielo que baje a empujones la estrella. No ves que te está cuidando y guiará tu camino con su suave estela embriagadora, pues para ello ha vivido.

Déjame que susurre a tu oído que hay un lucero ahí arriba que no quiere verte si lloras, pues junto a ti de igual manera llora que es un ángel con el nombre de quien tú más añoras,... que ha venido a contarme que siempre podrás verla si desde la ventana te asomas... pero que es su esencia ella siempre estará contigo, aunque la oscuridad te haga pensar por un momento que estás a solas... No has visto que junto a esa estrella eres uno mismo, que vive en ti ahora . Permíteme amigo mío de sentarme contigo, esta y mil noches.... mil años, mil horas... y dejaré que me cuentes cómo es su tacto cuando esa estrella te arropa...... dime, pues aunque mi estrella no brille de igual manera que tu, también busco en el infinito de mis recuerdos mi estrella que aún sigue presente brillando para mí, permite amigo mío junto a ti sentarme mil noches apoyar mi brazo en tu hombro y junto a ti un día sonreír.

Orgullosa de Ser Venezolana