De mi margen a tu margen,
un puente cruzo sin temor;
fluye y llora en sus ojos la corriente,
como lloran los ojos de tu cara;
avanza el corazón, duda la mente,
y a la vez que nos une, nos separa.
Mas yo lo atravesé un día,
con la certeza de que tu mano cálida me recibiría
que tus brazos siempre allí estarían
y tu ribera habrá de ser la mía.
Por miedo a perderte
decidí hacer estallar ese puente un día,
olvidándome que al hacerlo tan sólo de ti me alejaría
y esos ojos que se humedecieron
clavando en el corazón una daga de muerte
mate el afán de amar que un día decidió nacer.
Mil veces implore tu perdón
mas bien sentí dureza en tus palabras.
Fue aquel día que viendo tus ojos enfrente a los míos
miradas penetrantes tratando de leer los porques,
sin respuestas, entrelazados entre nuestros abrazos comprendí,
que no siendo, somos dos almas corpóreas
que nacieron para ser amadas, dos almas gemelas deseosas de reencontrarse.
y en la miel de los besos el silencio arrancól
as vestiduras de dos esencias unidas en un sólo cuerpo.
Hoy vivo en el puente de su lado a tu lado constantemente
