17 de julio de 2007

Lenguaje en la Naturaleza

Mirar la naturaleza, es encontrarse con la esencia de la
vida.
Ser simple en ocasiones, es tener la capacidad lógica de
entender todo un mundo de sensaciones que la naturaleza pone en evidencia.
El hombre piensa en el pasado y en el futuro, y pierde la
conciencia del presente.
En el paso del tiempo he podido observar la conducta animal,
y le veo tomar decisiones inmediatas ante eventos; dejándose llevar por los
instintos.
Dejamos que los miedos, sean los controladores de nuestra
vida, llenándonos de expectativas irrisorias.
Supe que en el tsunami, dónde murieron tantas personas, muchos
turistas, siguieron a elefantes en su huida ante algo que aún no era evidente,
poniéndose así a salvo.
Miles de animales emigran antes de los cambios climáticos, a
fin de ponerse a salvo, o tan sólo prevén el cambio de clima y deben partir para
procrear.
El mundo desarrollado del ser humano, nos hace esclavos de
muchas necesidades que limitan el vivir intensamente.
Cuando observamos a los pescadores, les vemos como son
capaces de leer en el oleaje, y predecir eventos que pongan en peligro sus
vidas.
Basta mirar el entorno y ver las señales de la naturaleza,
para ver un universo de conductas, que nos enseñan el valor de lo
significativo.
Ver con detenimiento la naturaleza, es aprender del Gran
libro, Jhon Sabonya, es una realidad a
una conducta dónde los instintos son el lenguaje entre diferentes mundos, un
niño que a temprana edad huye de su entorno al momento de ver que su Progenitor
degolló a su Madre, corriendo perdiéndose en la selva, fue aceptado por una
manada de monos que le recibieron como uno más entre ellos. Debbie Cox una mañana en su
recorrido en la selva, fue sorprendida por esa colonia que adopto un ser
distinto, fascinada por el mayor líder del grupo quien guiaba a los demás.
Eventos así suceden en ocasiones. Demostrando que la convivencia es posible, los
afectos instintivos, la voz de la naturaleza
es la fuerza que hace posible grandes eventos.

Orgullosa de Ser Venezolana