Aún permanecen en mi memoria aquellos instantes compartidos, en los que has dejado en mi, espacios de tu existencia y permanencia.
Dejaste en mi corazón el más noble de los sentimientos, y que aún permanece en el.
Si por un instante del cielo un deseo se perdiera yo lo robaría te lo juro, no para desear nada temporal en mi vida, ni menos cambiar la vida que abrace intensamente.
Lo robaría para ti, para que fueras tú quien lo poseyera y con el pudieras hacer real tu mayor deseo, pues seguro que mayor Amor que el que siento me exime de pedir algo a lo Divino, pues el se derrama desde cada una de mis fibras.
No pediré que no me olvides, pues aunque no esté ya, seguiré siendo parte de ti, de cada uno de los recuerdos que mires en el espejo retrovisor de la vida.
No te quiero por tenerte, ni para llenar espacios carentes, aprendí desde esta vereda que estaré cuando quieras que este, y vendrás cuando quieras llegar.
Pues todos somos parte de todos y nadie es de nadie realmente. Dejaré entonces en tus manos ese deseo que al cielo arranque, es tu tesoro mas preciado.
Cuando le abrases y lo conviertas en realidad sabré entonces que ese espacio estará por siempre, en nuestro pensamiento y en nuestros corazones y prevalecerá a través de los tiempos como evidencia de la grandeza de lo que es un gran amor.
