9 de julio de 2007

En aquella banca te conocí.....


En aquel camino, en una plaza sentada
meditando y oyendo mis pensamientos mas íntimos
miraba las golondrinas posarse sobre el pequeño charco
que la lluvia celosamente coloco en aquella orilla
para que al despertar del día ellas pudieran bañarse
y agitar sus alas al viento mientras los rayos templaban sus plumas húmedas.

Fue allí en aquella banca que te vi pasar erguido
con la mirada altiva tratando de tomar todo el aire para ti.
Fueron las miradas que hablaron de aquello que en el pecho llevamos
Tu mirada incierta, la mía inquisidora
un sonriso, y un saludo mañanero, como aquellos que por alguna razón
dejamos de oír en nuestro lechos al despertar a un nuevo día.

Sin palabras deseosas, las miradas tan sólo insistentes penetraban nuestros pensamientos,
mis mejillas ruborizadas pues en un instante me sentí cual doncella amedrentada
por la mirada impúdica del príncipe deseoso de poseer a su doncella.
No podría imaginar jamás que de pronto unas gotas presagiaron la lluvia
nos atraparían bajo un cubierto a la espera de la tregua.

Y es que la naturaleza en instante confabula, flirteando de cupido uniendo corazones.
La lluvia arrecio de pronto nada mas que esperar nos restaba y mientras la espera se hacia exasperante, tu voz al fin rompió la tensión y el silencio.
Levante mi rostro pues en descenso solo contemplaba como la lluvia caía en mis zapatos,
voz de trueno, de sireno encantador, ojos claros, hombre fuerte que irradia magia.

Sentí mi piel estremecer por aquel apuesto caballero, que sólo robando mi total atención, me permitía verle de frente.
Conversamos de soledades, inquietudes, experiencias, hasta que de pronto mas allá de las miradas, sus manos colocaron en las mías una nota que decía, dichoso si me llamaras, y su teléfono cual joya en mis manos guardaba.

Fue allí en aquella banca que te vi pasar erguido un día
con la mirada altiva tratando hoy de tomar todo el aire para mi.
Tu mirada tan sólo al encuentro de la mía acecha,
tratando de hacer emerger mis deseos mas profanos.
Estar entre tus brazos sintiéndome protegida,
haciéndome intensamente plena, en el roce de tus manos sobre mi piel,
sintiéndome inmensamente amada y abrazando nuevamente la vida de un amor correspondido.

Orgullosa de Ser Venezolana